Desde un punto de vista musculo-esquelético, el cuerpo se puede ver afectado por los distintos niveles de actividad física, estrés laboral-familiar, elecciones nutricionales y cambios hormonales. El tratamiento osteopático puede ayudar a que el cuerpo se adapte a las transiciones de la vida mejorando la postura, movilidad articular, flexibilidad, circulación y equilibrio hormonal… y así reducir la probabilidad de sufrir problemas tan comunes como dolores menstruales, dolor con las relaciones sexuales, ciática, incontinencia urinaria o problemas de suelo pélvico, dolores de espalda y cuello, cefaleas/migrañas, o desequilibrios hormonales.
Entendemos los múltiples desafíos a los que se enfrenta el cuerpo de una mujer a lo largo de los años, tanto en época de estudios, en la etapa laboral, durante el embarazo, la menopausia (climaterio)… donde sus hormonas regulan numerosos aspectos de su salud incluyendo el estado emocional. Para que haya salud y un buen funcionamiento del cuerpo es importante que haya una buena comunicación entre todos sus sistemas (circulatorio, neurológico, inmunológico, musculo-esquelético…). Las restricciones de movilidad tienen un efecto negativo sobre esta comunicación. La osteopatía considera que reducir estas barreras de movilidad permite al cuerpo reorientarse hacia la salud y un funcionamiento más óptimo, y, por lo tanto, una mejor adaptación a las transiciones de la vida.
Gracias a esta visión global del cuerpo y su funcionamiento, la osteopatía puede ser de gran ayuda durante el embarazo y en el postparto. Durante el embarazo, los cambios estructurales y hormonales hacen que se ablanden los ligamentos, la curvatura de la espalda cambie, el peso del bebe desplace el centro de gravedad hacia delante alterando la mecánica normal del cuerpo. El tratamiento osteopático se centra en asegurar que el cuerpo este lo suficientemente móvil para adaptarse a dichos cambios y poder hacer frente a las distintas demandas que se van creando.
De esta manera se puede ayudar a prevenir que aparezcan ciertos problemas como:
Dolor relacionado con el embarazo (cuello, espalda, sacro, cóccix, sínfisis pubis, caderas, ciática, náuseas, ardor, dolor de cabeza, hinchazón piernas y pies, túnel carpiano…)
Postparto (traumas del suelo pélvico, dolor vaginal, adherencias quirúrgicas, mastitis…)